CURIOSIDADES

 

La historia originalmente ocurría en el sur de España, pero por un requisito argumental fue necesario cambiar la localización a la costa amalfitana, luego ese requisito desapareció por necesidad del argumento, pero el sitio se mantuvo.

 

El nombre de la hija del protagonista es en honor a Sophía Loren, tal y como se relata evocando al abuelo de la niña.

 

Esta novela no iba a escribirse, pero surgió la duda de qué ocurriría con los personajes con el paso del tiempo, las divagaciones al respecto gustaron tanto que acabó construyéndose esta historia que finalmente gustó al autor más que la anterior.

 

Los personajes nuevos tienen nombres y algunos rasgos de compañeros de estudio del autor en un ciclo formativo que éste hizo en Reino Unido a principio de 2015, cuando se concretó la publicación de “Alguien ha matado a Lucía”.

 

Ariadna, aunque no es un nombre muy habitual, es el de tres de las compañeras del autor en ese curso en UK y el segundo nombre de su hija mayor, tal coincidencia lo llevó a optar por que la protagonista lo usara para esconder su verdadera identidad. Cuando el maestro de ceremonias del lanzamiento del libro propuso a la persona idónea para hacer la presentación, aún no había leído nada sobre de esta novela y propuso nada menos que a una joven llamada Ariadna y de profesión periodista.

 

Algunas de las características y partes del pasado de los personajes se construyen para darles forma y poder visualizarlos mejor, aunque nunca se relatan. Muchas personas preguntaron a cerca de esas cosas no relatadas como si realmente hubieran estado presentes en la primera novela, como gesto de agradecimiento a esas personas que consultaron, las respuestas se introdujeron discretamente dentro de esta nueva publicación, aunque ya las tuvieron personalmente.

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Como en todos sus libros, el autor hace referencias a diferentes canciones, en este caso son dos clásicos italianos “La riva bianca la riba nera” de Iva Zanichi y “Marina” de Rocco Granata.

La primera es la canción que sonaba durante en la luna de miel de sus padres y todos los años en su aniversario la evocaban, en este caso pretende homenajear también a la sonata de amor de “El Padrino”. La segunda es la primera canción que el autor escuchó en una discoteca allá por los años 80.